miércoles, 4 de noviembre de 2009

14:00h


Olía a lunes aunque era un soleado jueves y ella lo notaba en su ánimo. Eran prácticamente las dos de la tarde cuando se dio cuenta de que por fin su dolor se había convertido en odio. Soltó el teléfono que apenas había empezado a sonar y miró fijamente hacia adelante, con la mirada dirigida al frente, coincidiendo con el despacho de su jefe.

El ambiente se había helado en tan sólo unos segundos, pero de su interior salía una llama ardiente fruto de las más salvajes pasiones. En ese momento en que tanto lo odiaba, se preguntó si había enloquecido de amor por él. ¿Despecho, amor u odio? ¿Qué más daba? Ahora sólo tenía ganas de gritar. No quiso confesarle a nadie que le ardía el corazón, pero su cara se desencajó y hablaba por si sola. Pilar, la compañera que se sentaba a su derecha, no tardó en darse cuenta de que algo había pasado, y se lo confirmó el aire helado y vacío que la siguió al pasar frente a ella.

Tuvo que seguir trabajando en silencio esa última hora, pero cada puntada que daban sus dedos contra el teclado del ordenador sonaron a un grito desolador y sin esperanza, de alguien que ama al que nunca corresponderá a su amor.

Este es otro de los textos que escribí hace un tiempo, en un arrebato de dolor profundo y en el que la inspiración me vino a visitar. Es otro de los que acabé escribiendo en el móvil y que hoy comparto nuevamente con quien lo quiera leer.

martes, 28 de julio de 2009

Hoy he lavado las sábanas que olían a ti


Hoy he lavado las sábanas que olían a ti
donde por una noche compartimos
el sueño de una compañía extraña
que ahora añoro y que jamás sentí.

Hoy he lavado las sábanas que olían a ti
por guardar aún recuerdos que me duelen
y robar en mi los sueños
que al llegar el alba se desvanecen.

Hoy he lavado las sábanas
que un día abrigaron tu desnudez
y conocen cada línea de tu cuerpo
como si por una noche hubieran sido parte de tu piel.

Hoy dormí abrazada a la almohada
que inconsciente por el sueño un día tu besaste
y que hasta hoy cada día yo he besado
ese beso tuyo ausente de tus labios.

Hoy he lavado las sábanas
que tenían gravado tu nombre
con lágrimas de sangre
que mueren por no cumplir su propósito de amarte.

jueves, 23 de julio de 2009

No puedo cumplir mi promesa de olvidarte


Se acerca el día y parece que te vas
prometí dejarte de amar en tu partida
pero ahora te sueño en la despedida
y siento como mi corazón
late más fuerte que nunca entre tu equipaje.

Debías venir a decirme adiós
y devolverme las llaves de mi amor
para poder cerrar esa puerta
que quedó abierta entre tu y yo.

Pasa por mi vida
si el camino hacia tu destino
te da la oportunidad.
No pienso detenerte,
simplemente prometerte
que voy a esperarte hasta que decidas regresar.

miércoles, 8 de abril de 2009

Me enloqueces


Vienes. Marchas. Vuelves. Me gustas. Me dueles. Te odio. Te olvido. Resurges. Te hablo. Contestas. Contesto. Te callas. Te recuerdo. Me ilusiono. Sueño. Desapareces. Te espero. Desconfío. Te busco. Te veo. Me vacilas. Te vacilo. Me despido. Me alejo. Te sueño. Vuelvo. Te hablo. Me escuchas. Contestas. Prometes. Te espero. Te olvidas. No olvido. Me buscas. Me encuentras. Me miras. Te miro. ¿Qué miras? Me guías. Te sigo. Te canto. Te duermes. Despierto. Me gustas. Se acaba y empiezas de nuevo.

Dices que me dueles


Dices que me dueles
pero tan solo eres un sueño
que desvanece al despertar
cuando entre lágrimas me doy cuenta
de que en ti volví a soñar.

Dices que me dueles
aunque nunca lo reconoceré
pero lo lees en mis ojos
cuando al amanecer te despides
con un adiós furtivo
y huyes fugitivo hasta el próximo anochecer.

lunes, 9 de febrero de 2009

Rayo madrugador

Mmmmhhh...

Siento el primer rayo del sol que entra esta mañana en mi habitación. Todo es oscuro, pero la luz ya empieza a dibujar la silueta de un día mejor.

Aún huele a húmedo por la tormenta de anoche, pero ya intuyo que este rayo madrugador, es el preludio de un día claro, intenso. De un día lleno de vida. De reflexiones y también de disculpas. De esperanza y de perdón. Este rayo, cómplice de una luz que brilla más que nunca, me susurra que hoy el sol salió para mi.

Ayer tuve miedo al atardecer, porque la lluvia apagó la endeble llama que flameaba en mi interior, y perdida en un noche oscura, en la que ni la propia luna quiso ofrecerme su romántico esplendor, me rendí y solté las riendas de mi corazón.

Pero hoy, el olor del sol intenso me ha hecho respirar. Los brazos de su luz me han hecho levantar de una cama de sábanas tristes, mojadas por una tormenta de llantos y rotas por los gritos que producen el dolor que no se siente sino en el más profundo interior.

Hoy el sol me ha acariciado la cara, con dulzura... tiernamente. Y es que el rayo madrugador, que toma fuerza con cada segundo que le regala mi reloj, me ha gritado que el sol ha salido para mi, que el brillo de su rostro me lo dedica, porqué según me ha dicho, el sol detesta no verme feliz.

martes, 3 de febrero de 2009

Acabada de salir del horno...

Aquí tenéis la más reciente...

Sueño que despierto y te he olvidado
que abro los ojos y no te veo
ni te busco, ni te intuyo, ni te anhelo.
Sueño que despierto y no te beso.

Sueño que duermo y no quiero despertar
porqué la conciencia sin ti es mi tormento
porqué mi conciencia sin tu presencia
no la quiero sentir más.

Me duele cada hora que no estoy a tu lado
cada minuto que en agonía vivo
cada segundo que inunda mi reloj de sangre
y cada instante que navegante me aleja de ti.

Engañarme y quererte olvidar
mientras muero
porqué aunque no quiero
no puedo dejarte de amar.

Hacía tiempo que no escribía nada, y hoy por fin lo volví a intentar. Cada vez que escribo es una terapia que me ayuda y que me enseña, y sobretodo que me ayuda a comprender que pasa por dentro de mis entrañas y me descubre mis sentimientos más profundos. La escritura me acompaña en cada etapa de mi vida, y he de reconocer que en la actualidad me hacían falta textos, pues aquí el último... recién salido del horno.

domingo, 18 de enero de 2009

Lo siento pero hoy debo decirte que... te odio.


Lo siento pero hoy debo decirte que te odio, que te odio con todas mis fuerzas. Te odio plenamente. Odio las películas de amor, las baladas, los libros, el rosa, las flores, las manos, los parques, los besos, las noches, los “te quiero”, los regalos, los sueños, la imaginación, … Me odio, por odiarte, por amarte, por soñarte y por tan siquiera pensarte.

miércoles, 14 de enero de 2009

Tardor

Aquest text va ser encàrrec de la primera agència de publicitat en la que vaig treballar. Em van demanar un text de 100 paraules aprox., en el que parlés de la tardor i això va ser el que va sortir:

Són les set de la tarda i el sol ja ha llençat l’última escletxa de vida, mentre ens abandona dins un mar de foscor. Resta la nostàlgia d’un estiu càlid, banyat del color i el perfum de les flors, que poc a poc es van despullant. És ara quan la naturalesa nua s’adorm en la penombra d’una nit llarga, on cega de llum es resigna a l’evidència del rebuig de la lluna. El cos fràgil de mena ha de començar a menester un entorn que l’empari del primer invitat de la tardor, el primer esglai de fred. Durant aquesta estació ens preparem per un llarg i dur hivern, acompanyats de qui estimem i amb el record d’aquells a qui vam estimar.