domingo, 5 de diciembre de 2010

Amor añejo


Manos repletas de arrugas
que se necesitan cada vez más
compañeros de una vida entera
siempre juntos estarán.

No saben cuantos años les quedan
pero ellos desean la eternidad
porqué los años que han pasado juntos
pasaron cual estrella fugaz.

Él la mira hipnotizado
como hace cincuenta años atrás
con la sutil diferencia
que hoy la ama mucho más.

No todo fueron rosas
las que brotaron del rosal
hubo espinas que salieron
pero las supieron cortar.

Su cuerpo ya no es el mismo
se recuerdan cada día
cuando con agonía y desazón
el tiempo pasa sin pedir perdón.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Cae la noche sobre mis ojos


Cae la noche sobre mis ojos
y olvido poner el despertador
voy a dormir hasta quedar saciada
y despertar solo cuando salga el sol.

Cae la noche sobre mis ojos
cuando me doy cuenta que tu no estás
desnuda de amor y de cariño
vivo buscando ese guiño
que me ayude a olvidar.

Cae la noche sobre mis ojos
que mojados por el llanto
hoy se despidieron de ti
cuando sorprendidos al verte con otra
se quisieron derretir.

Los transformaría en arena del mar
si tan solo pudiera borrar
de mi mente esa imagen
que mi sangre congeló
por la angustia de saber
que tu amada no soy yo.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Quizá


En la acera estoy sentada
fuera del bar donde tu estás.
Y hoy por primera vez decido
no entrar a buscarte más..

Hoy prefiero pasar frío que estar contigo.
Quizá porqué lo único que me queda ahora
es empezar a caminar,
lejos de los cristales rotos
que clavaste en mi alma,
cuando borracho de orgullo
rompiste contra mi tus vasos.

Quizá lo mío ya no tiene remedio,
quizá ya nunca volveré a sonreír,
pero será lejos de donde tu te encuentres,
donde a partir de ahora lucharé por mi.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Lo que no tengo valor de decirte


Hoy quisiera escribirte
las más bellas palabras de amor
jamás escritas por el hombre
para cautivar de lleno tu corazón.

Hoy quisiera decirte tantas cosas
mirarte a los ojos y dejar de fingir
dejar de hacer ver que no me importas
y desnudar mi alma ante ti.

Hoy quisiera no tener que retener mi mirada,
ni mis manos, ni mis besos, ni mis ansias.
Desearía no tener que decirte adiós con tanta indiferencia
y poder rogarte que no te vayas jamás de mi lado.

Quisiera poder decirte que te echo de menos
que te necesito, que te sueño, que te anhelo
y no hacer ver que mi frágil corazón
es un bloque de hielo que sobrevive sin tu amor.

Quisiera que tu vida dejara de ser ajena a la mía,
que construyas tu futuro pensando en el mío,
y que no sea sólo en sueños
los dulces momentos que paso contigo.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

¿ A quién pretendo engañar?


¿ A quién pretendo engañar
si digo que no te echo de menos?
Si cierro mis ojos y veo tu rostro.
Si cada segundo que pasa en el reloj me duele.
Si los latidos de mi corazón suenan cada vez más flojos.

¿A quién pretendo engañar?
No será a tí, a quien tan poco importo.
Es a mi vida que sin ti cada vez se siente más vacía.

¿A quién pretendo engañar olvidando el pasado?
Si todo lo que soñé contigo fué futuro.
Si jamás me regalaste un instante.

Dicen que no es más pobre el que menos tiene
sinó el que más necesita,
y yo me arruiné al conocerte
por necesitarte desde entonces más que al aire que respiro.

La escribí hace un tiempo y creo que ya es hora de poder compartirla...

sábado, 4 de septiembre de 2010

Si un día lavé las sábanas que olían a ti


Si un día lavé las sábanas que olían a ti
hoy simplemente debo quemarlas
lanzarlas a la hoguera del olvido
y envolver en ellas tu recuerdo.

Si un día lloré sangre por tu amor
hoy lloro asco y decepción
porqué ingenua de mi al desearte
ahora descubro que amé a un cobarde.

Aunque ya hace mucho que no te quiero
siempre te guardé en un buen sitio en mi corazón
te ganaste mi respeto
y hoy con la cabeza baja, te transformas en perdedor.

Está es una continuación o una segunda parte de la poesía "Hoy lavé las sábanas que olían a ti".

Estrella fugaz


Pasó una estrella ante mis ojos
que mi ser iluminó
era tan grande su belleza
que por unos instantes me cegó.

Esa estrella tan bonita
nunca más la volveré a ver
porqué asustada por mi asombro al verla
huyó con el miedo de que en mi la quisiera retener.

No tengas miedo estrella
jamás pretendí enlatarte en mi corazón
una estrella tan bella
no merece ser cautiva sin razón.

No tengas miedo estrella bonita
jamás pensé que te podría ver
me conformo con guardar en mi memoria
el segundo que fugaz pasaste ante mi ser.

martes, 22 de junio de 2010

El castigo del mar


Abro los ojos por un destello de luz que acaricia mi rostro, y siento esa sensación de calor que el desamor me hizo olvidar. Con sigilo empiezo a respirar con el miedo que el dolor vuelva a cerrar esos ojos que en desuso no recuerdan ni el color.

“Mar, olas enfadadas, yo contra las rocas, agua, quiero respirar, más agua, me vuelvo a golpear.”

La caliente y moldeable arena que esta bajo mi piel es como un masaje para mi cuerpo golpeado por el amor. Lo que un día fue un grito de guerra mezclado entre olas y vendaval, se ha convertido ahora en una suave brisa de mar.

“Me inundan las imágenes y empiezo a recordar…”

Hace tiempo, mucho tiempo atrás, decidí zarpar con él, a un mundo imaginario en el que por siempre le prometí amar.

Un fatídico día mientras le observaba navegar, se le acerco una joven paloma que con el baile de sus alas le logró hipnotizar. Le vi mirarla y desearla, y con ella él también decidió volar. Solo se que mi barco se quedó sin capitán y sin rumo empecé a viajar.

“Nubes a lo lejos, el sol empieza a menguar y el mar se enfada conmigo porque a él lo deje marchar.”

Solo recuerdo que las olas me vinieron a buscar y que bajo un manto de lluvia y viento a muerte me quisieron retar. No les costó mucho esfuerzo pues antes que la primera gota me tocara, mi cuerpo había dejado de pelear.

No hizo falta que me ahogara con el agua, pues fue el dolor de su partida el que con agonía me empezó a matar. Pero… una mano inesperada me vino a rescatar de un profundo oceano que por mi desgracia me quiso castigar. Esa mano, que todo lo puede, me protegió del bravo mar y en sus manos me meció hasta que pude despertar.